La industria española de componentes para automoción facturó el pasado año 30.200 millones de euros, un 15,7% menos que en 2019. La patronal del sector, SERNAUTO, hizo ayer balance de un ejercicio marcado por crisis sanitaria de la COVID-19. El que alto grado de internacionalización de los proveedores de automoción ha sido clave para amortiguar el impacto negativo de la pandemia.
A pesar de la compleja situación vivida en 2020, industria española de componentes continuó destinando una alta inversión a I+D+i con el fin de afrontar con garantías la transformación industrial y seguir a la vanguardia tecnológica. En concreto, el sector invirtió I+D+i un total de 1.075 millones de euros, el 3,6% de su facturación. Ello supone el triple que la media industrial. Por otra parte, el sector invirtió 1.340 millones de euros en incrementar y mejorar sus capacidades productivas, un 29,6% menos respecto al 2019.
La crisis sanitaria ha tenido también un impacto negativo en el empleo. A cierre del ejercicio, el sector daba empleo a un total de 344.500 personas (directa e indirectamente). El empleo directo generado por el sector alcanzó las 212.500 personas, un 5,7% menos que en 2019.
La exportación sostiene las ventas de la industria española de componentes
En 2020, el sector exportó en torno a 17.900 millones de euros, un 13,8% menos que en 2019. Las causas de esta caída hay que buscarlas en el profundo desplome del comercio mundial de productos de automoción ocasionado por la COVID-19. Las exportaciones representan casi el 60% de la facturación del sector. Este fuerte carácter exportador ha evitado que la caída de facturación haya sido mayor.
De la facturación en el mercado nacional (12.300 millones de euros), 7.740 millones de euros correspondieron al suministro de equipos y componentes a los fabricantes de vehículos (-21,0%) y 4.560 millones de euros proceden del mercado de recambios (-13,5%).
Para este año, las primeras estimaciones de la Junta Directiva de SERNAUTO apuntan a un incremento de la facturación del 10% respecto a 2020. La patronal estima que no se logrará recuperar los niveles previos a la pandemia hasta 2022 previsiblemente.
“Estos datos reflejan el fuerte impacto que la pandemia ha tenido en nuestra industria. Hemos tenido que hacer grandes esfuerzos, como otras muchas empresas, para adaptarnos a la situación e intentar mantener la producción y la mayoría de los empleos. Esto, unido a la transformación industrial y tecnológica que estamos afrontando, hace que nuestro sector esté viviendo un momento complejo y que sea necesario, más que nunca, el apoyo de la Administración para que nuestro país siga siendo referente en automoción. Nuestros competidores países vecinos están apoyando de manera importante la I+D+i de sus empresas y ello puede debilitar la competitividad futura del sector ante los retos a los que se enfrenta. Tenemos que ganar la carrera europea”, comentó la Presidenta de SERNAUTO, María Helena Antolin.