De acuerdo con las recomendaciones de los constructores, el líquido de frenos debe ser sustituido cada dos años independientemente del uso del vehículo. Sin embargo, existen herramientas especiales que permiten comprobar regularmente este fluido asegurando la seguridad en la frenada.
Los componentes de freno son probablemente los elementos de seguridad más importantes en un vehículo, por eso es vital saber cómo y cuándo deben de ser mantenidos. Una excesiva vibración del pedal de freno, por ejemplo, puede ser el resultado de la deformación del disco de freno, y la sustitución de dichos componentes una solución que proporcionaría entre 80.000 y 100.000 kilómetros adicionales de conducción. La generación de sonidos extraños, o “squealing”, al frenar, puede ser un síntoma de desgaste de las pastillas de freno, algo por lo que no debemos preocuparnos, ya que la simple sustitución de las mismas nos proporcionará entre otros 40.000 y 50.000 kilómetros de conducción segura.
Sin embargo, existen algunos componentes de seguridad críticos que no siempre se tienen en cuenta. El líquido de frenos es uno de los componentes del sistema de frenado del vehículo más fáciles de sustituir, pero también uno de los que con frecuencia más se pasa por alto. A lo largo del tiempo, los conductores se pueden ir acostumbrando a un desempeño de frenada por debajo de lo óptimo, lo que conlleva descuidar todo el sistema.
Los conductores pueden olvidarse de cambiar el líquido de frenos, pero a veces los mecánicos también. Los intervalos de cambio no deberían basarse solamente en el kilometraje (generalmente se sugiere una sustitución cada 40.000-80.000 km), sino que también se tener en cuenta la antigüedad. Es recomendable realizar una inspección cada dos años debido a la tendencia del líquido de frenos a absorber humedad, hecho que a su vez afecta a su rendimiento. Los comprobadores ‘tipo bolígrafo’ de bajo coste no son 100% fiables, ya que en su mayoría analizan las condiciones del líquido de frenos midiendo su conductividad. Entonces, ¿qué se puede hacer?
Los comprobadores de líquido de frenos como el fabricado por Ferodo® han transformado el procedimiento y brindan resultados de prueba confiables. Estos comprobadores miden directamente el punto de ebullición calentando el fluido y generan resultados que se pueden replicar. Uno de los principales problemas con el líquido de frenos es el ” Vapour Lock” (burbujas de aire en el circuito hidráulico), que puede ocurrir fácilmente durante el uso normal del vehículo. El deterioro del fluido conduce, de este modo, a una reducción en su punto de ebullición. Esto produce peligrosas burbujas de aire dentro del sistema de frenado que pueden reducir la eficacia de frenado de pastillas y pinzas de freno. Se debe tener mucho cuidado si el líquido de frenos necesita ser reemplazado, tanto en términos del procedimiento como de la selección del fluido. Por lo tanto, no debemos dejarnos tentar por las opciones de aparente bajo coste.
Federal-Mogul Motorparts ha realizado pruebas técnicas sobre los tipos de líquidos más comunes, y los resultados confirman un rendimiento comprometido debido a la inestabilidad, especialmente a temperaturas extremas de frío y calor. El fluido puede volverse demasiado aguado a altas temperaturas y casi “sólido” con temperaturas frías. Además, se ha encontrado un PH muy elevado en la composición de estos fluidos de freno, lo cual hace su acidez muy agresiva para los componentes del sistema de frenado, tanto para piezas de metal como de caucho. Los expertos en sistemas de frenado para los mercados posventa y OE, como Ferodo, aconsejan la cuidadosa elección de marcas de calidad, reconocidas en el mercado, para garantizar una experiencia de conducción sin problemas.
La herramienta adecuada
El comprobador de líquido de frenos de Ferodo verifica el estado de salud del líquido de frenos en cualquier momento y lugar. Esta herramienta proporciona, en menos de un minuto, una medida digital precisa de la temperatura del punto de ebullición del líquido de frenos. El comprobador de Ferodo usa una sonda para medir directamente la temperatura de ebullición; no mide la temperatura indirectamente, como los comprobadores de conductividad eléctrica. Especialmente con líquidos de freno de última generación, como los de Ferodo, este último tipo de medidor demuestra ser un método impreciso y poco fiable. Los comprobadores que usan la conductividad eléctrica pueden comprometer una operación correcta en componentes cruciales para la seguridad.
Cumplimiento de la norma DOT recomendada por el fabricante
Los intervalos de reemplazo vienen dictados por la cualidad higroscópica del fluido, que es su capacidad para absorber la humedad que puede originarse por el agrietamiento de una manguera de freno o por la propia degeneración normal de la calidad del fluido. Por ejemplo, el DOT5, basado en silicona, es más higroscópico que el DOT3 o el DOT4, basados en glicol. Ante una fuerte frenada, el líquido en contacto con las superficies de goma y los pistones de la pinza puede alcanzar temperaturas elevadas de hasta 200°C. Debido a la retención de humedad, se produce vapor de agua, que puede comprimirse. De este modo, el recorrido del pedal de freno puede volverse peligrosamente largo, con el consiguiente menoscabo de la eficacia de frenado. Un año es suficiente para que la temperatura de ebullición del fluido disminuya hasta 80°C. Por esta razón, los puntos de ebullición mínimos de los fluidos más comunes son los siguientes: DOT3, 205°C; DOT4, 230°C; DOT5, 250°C; DOT5.1, 260°C. Se debe tener en cuenta que cuando el DOT y el punto de ebullición aumentan, la tendencia a la retención de humedad también lo hace. Por lo tanto, un DOT5.1 normalmente debería reemplazarse cada 6 meses.
Consejos útiles
Después de recorrer varios miles de kilómetros, conviene rellenar el nivel del líquido de frenos. Una ligera disminución de su nivel puede deberse a menudo al desgaste progresivo de las superficies de fricción del sistema de frenado (pastillas y discos), o es posible que parte del fluido se haya desbordado del depósito durante el reemplazo de una pastilla. Además, el fluido derramado puede contribuir a la corrosión de determinadas partes del compartimento motor con las que pueda haber entrado en contacto. No mezcle fluidos DOT3 y DOT4 basados en glicol con fluidos DOT5 basados en silicona, ya que no son compatibles.