Ancera (Asociación Nacional de Comerciantes de Equipos, Recambios, Neumáticos y Accesorios de Automoción), Cetraa (Confederación Española de Talleres de Reparación de Automóviles y Afines) y Conepa (Federación Española de Empresarios Profesionales de Automoción) acaban de anunciar que han reclamado al Gobierno “la implantación de un plan de ayudas específicas destinadas a promover la revisión de determinados sistemas, especialmente los relacionados con emisiones, como ya se está haciendo en otros países europeos”, con el fin de “mejorar la calidad del aire, la seguridad de las personas y apoyar la actividad del sector de la reparación y mantenimiento de automóviles”.
Las tres asociaciones informan que para solicitar tal reclamación al Gobierno han dirigido “un escrito conjunto a los ministerios de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Transición Ecológica y Reto demográfico e Industria, Comercio y Turismo en representación del sector de la posventa de automoción”.
Ancera, Cetraa y Conepa desvelan que en su escrito recuerdan al Gobierno que sus servicios “han sido considerados de gran importancia para la comunidad y destacan el gran esfuerzo que las empresas del sector han realizado para estar a la altura en unos momentos tan complicados. Pero los datos de evolución económica de estas empresas son preocupantes, tal y como se deriva de estudios propios y las tres entidades lamentan que el sector no sea valorado por la Administración, como constata el hecho de que en el ‘Plan de impulso de la cadena de valor de la industria de la automoción’ no se los mencionara ni una sola vez.
Si bien las tres asociaciones reconocen que “aplauden las medidas que se están tomando para la renovación del parque automovilístico con ayudas a la compra de nuevas unidades, ponen también de manifiesto la existencia de millones de vehículos, propiedad de ciudadanos que no pueden adquirir coches nuevos y que no quieren renunciar ni a la seguridad ni al cuidado del medioambiente. Recuerdan que un vehículo bien mantenido es un vehículo que contamina menos, ahorra combustible y contribuye también a la seguridad de los ciudadanos: los mismos objetivos en los que se basan dichas ayudas a la renovación del parque. Por esa razón, consideran que resultaría ecuánime que a los propietarios de estos vehículos también se les apoyase desde las Administraciones públicas para conseguir esos fines, sobre todo en un momento en que la situación económica de tantas familias aleja de sus prioridades el cuidado de sus automóviles”.
Ancera, Cetraa y Conepa detallan que su propuesta “se basa en la aportación con fondos públicos de una cantidad de 60 euros por operación de revisión del sistema de emisiones de un automóvil en un taller” y calculan que “varios millones de vehículos podrían ser susceptibles de revisión. Su consecuencia resultaría altamente positiva para el medioambiente y para la salud de las personas, dado que un correcto funcionamiento de estos sistemas en una parte sustancial del parque podría suponer reducciones del 10% en CO2, 80% en partículas y 55% en NOX. De igual manera, constituiría un buen acicate para reducir el absentismo en el cumplimiento de las obligaciones ligadas a la Inspección Técnica de Vehículos (ITV). El proyecto ayudaría también a la sensibilización de los ciudadanos en materia de calidad del aire en un momento en el que la lucha contra la pandemia anima al uso del vehículo privado para los desplazamientos personales, como se desprende del notable aumento de la demanda en vehículos de ocasión con una antigüedad elevada en los últimos meses”.