Signus Ecovalor, entidad sin ánimo de lucro impulsada por los principales fabricantes de neumáticos (Bridgestone, Continental, Goodyear Dunlop, Michelin y Pirelli, por orden alfabético) y creada para gestionar el sistema colectivo de responsabilidad ampliada del productor de neumáticos con el doble fin de “garantizar la correcta gestión de los Neumáticos Fuera de Uso (NFU) y de maximizar el valor de sus materiales reciclados”, acaba de anunciar que ha concluido el proyecto ‘Fiber2Fiber’, iniciado en 2022 en colaboración con el centro tecnológico Gaiker, para dar una segunda vida a la fracción textil de los neumáticos.
Como resalta la entidad dirigida por Gabriel Leal en un comunicado, “la gestión de los neumáticos, que principalmente están compuestos por caucho, acero y fibras textiles, requiere investigar constantemente nuevas vías para su reciclaje en diferentes aplicaciones, ya que a día de hoy no es posible incorporar la totalidad de sus componentes en la cadena de fabricación de nuevos neumáticos. Así, surgió este proyecto con el objetivo de alcanzar la circularidad de las fibras textiles incorporándolas de nuevo a la cadena de producción”.
A pesar de este gran avance tecnológico, los expertos de Signus reconocen que “el reciclaje de la fracción textil sigue siendo, hoy en día, una asignatura pendiente por su gran complejidad ya que se trata de una mezcla de fibras textiles de diferente composición, como poliésteres, poliamidas o rayón, y además contaminadas en mayor o menor medida por partículas de caucho procedentes del propio proceso de separación de los componentes del neumático mediante reciclado mecánico. En este contexto, el reciclado químico se presenta como una solución tecnológica complementaria. Debido a la gran complejidad de la fracción de fibra textil del NFVU, es necesario abordar el reciclado químico de manera selectiva, es decir, centrándose solamente en un tipo de fibra textil. Por ello, este proyecto se enfoca en la fracción correspondiente a las fibras de poliéster tipo PET”.
Signus explica que “en una primera etapa del proyecto se han abordado los diferentes métodos para el acondicionamiento del material con el objetivo de separar las partículas de caucho presentes y disponer de una fracción textil más limpia. El siguiente paso se centró en la reacción de despolimerización de la fracción poliéster (PET) mediante una tecnología a través de la cual se han obtenido monómeros químicos aptos para fabricar nuevas fibras textiles. El último paso del proyecto se centró en la síntesis de poliéster a partir de dichos monómeros obteniendo un filamento de poliéster apto para impresión 3D, a partir del cual se ha fabricado una pieza como demostrador”.
Como broche, Signus señala que “los investigadores concluyen que a escala de laboratorio se ha logrado recuperar las fibras de poliéster de la fracción textil, pero ahora el reto está en poder garantizar el rendimiento y la calidad a escala piloto ya que los resultados obtenidos no han sido del todo satisfactorios. Por este motivo, ya se ha comenzado a trabajar en otras formas diferentes de valorización mientras se avanza en la tecnología de limpieza de la fracción textil que ha sido el factor limitante de este proyecto”.