El Parlamento Europeo aprobó el pasado 19 de abril endurecer la supervisión del sistema europeo de homologación de vehículos para garantizar la aplicación uniforme y efectiva de las normas y evitar nuevos fraudes en las emisiones. El reglamento todavía debe ser formalmente adoptado por el Consejo. Las normas serán aplicables a partir del 1 de septiembre de 2020
El nuevo reglamento —que fue aprobado con 547 votos a favor, 83 en contra y 16 abstenciones—, clarifica las responsabilidades de las autoridades nacionales responsables de autorizar los vehículos, los centros encargados de los controles y los organismos de supervisión del mercado, para reforzar su independencia y evitar conflictos de intereses.
Las nuevas reglas obligan a cada estado miembro a llevar un número mínimo de inspecciones sobre vehículos cada año, por ejemplo, al menos uno por cada 40.000 vehículos matriculados en ese país el ejercicio anterior. Al menos el 20% de esos exámenes deberán evaluar las emisiones. Para países con pocos vehículos registrados, el número mínimo será cinco.
La Comisión Europea también podrá efectuar controles e inspecciones para verificar el cumplimiento de la legislación, ordenar la retirada de algún modelo en caso necesario e imponer sanciones a los fabricantes de hasta 30.000 euros por vehículo no conforme.
El Parlamento Europeo establece un nuevo régimen de inspecciones
La normativa introduce un nuevo régimen de inspecciones para asegurar que los vehículos se mantienen dentro de los umbrales de emisiones permitidos durante toda su vida útil. Los servicios técnicos encargados de la verificación serán sometidos a auditorias periódicas e independientes.
Los propietarios de coches podrán obtener un reembolso si efectúan reparaciones en el vehículo para arreglar defectos que posteriormente obliguen a la retirada del producto. Además, los garajes independientes deberán tener acceso a toda la información relevante sobre los vehículos para permitirles competir en condiciones de igualdad con los fabricantes y contribuir a que bajen los precios de sus servicios.
“Esta es una respuesta clara al escándalo de las emisiones. La nueva normativa nos dará coches más seguros y limpios y, combinada con la obligación de medir las emisiones en condiciones reales de conducción, garantizará que el fraude del diésel no se repita. (…) La legislación atiende las demandas de los propietarios de vehículos, sin descuidar el medio ambiente ni a los fabricantes, con reglas aplicadas de manera equitativa”, declaró el ponente del nuevo reglamento, el eurodiputado británico, Daniel Dalton.