La Comunidad de Madrid ha cerrado 34 talleres ilegales desde 2017

Denunciados previamente por ASETRA

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La Comunidad de Madrid ha cerrado y sancionado a 34 focos de actividad ilegal denunciados previamente por ASETRA desde enero de 2017, en el marco del programa de colaboración entre la patronal madrileña de talleres y los servicios competentes de la Administración autonómica.

En la Dirección General de Industria de la Comunidad de Madrid se han tramitado 84 expedientes de denuncia, la mayoría de ellos procedentes de ASETRA.

Una parte importante de los expedientes, casi 39 en los últimos tres años, se archiva al no encontrar la inspección pruebas fehacientes de actividad (puertas cerradas en diversas visitas). De ahí que ASETRA insista tanto en presentar bien documentados los casos de denuncia, especialmente con fotos o videos que demuestren movimiento real en las instalaciones puestas en cuestión.

En algunos casos, los talleres denunciados han podido demostrar que no eran talleres ilegales. Aunque desde ASETRA se realizan averiguaciones previas para evitar esa desagradable situación, la asociación no puede controlar que otras personas, empresas o colectivos presenten ese tipo de denuncias, pero sí llama a la responsabilidad para evitar que empresas legales tengan que pasar por una situación injusta y desagradable.

“Aplaudimos que la Comunidad de Madrid nos haya permitido hacer públicos estos datos para mostrar al sector que las denuncias no caen en saco roto y que si se cierran talleres ilegales ”, señala Víctor Rivera, vicepresidente ejecutivo y secretario general de ASETRA.

Por otra parte, y aunque las tramitadas ante la Comunidad de Madrid no hayan sido las únicas que ha gestionado ASETRA (pues también se recurre a otras autoridades competentes, tras analizar cada caso), el representante de ASETRA subraya el dato objetivo de número de denuncias presentadas en un ámbito territorial donde operan 6.000 empresas legales, si bien destaca la dificultad de poner coto a la parte de la actividad ilegal desarrollada por personas que la realizan en la calle o en lugares privados (garajes familiares, fincas particulares) en horarios no coincidentes con los habituales de los talleres.