La Asociación Española de Proveedores de Automoción (SERNAUTO) se reunió el pasado 12 de julio con el nuevo Secretario General de Industria y de la Pequeña y Mediana Empresa, Raúl Blanco, y con el Director General de Industria, Galo Gutiérrez, para transmitirles las principales inquietudes del sector. Los vicepresidentes de SERNAUTO, Mercedes Pujol, de Ficosa, y Miguel López-Quesada, de Gestamp, trasladaron a los responsables del Ministerio la necesidad de que desde el Gobierno se continúe apoyando a los fabricantes de equipos y componentes para automoción para que puedan seguir innovando, creando riqueza y empleo en el país y expandiéndose por el mundo.
“En 2017, nuestro sector facturó 36.200 millones de euros, generó más de 364.000 empleos directos e indirectos e invirtió un 4,2% en I+D+i, todas cifras muy positivas. Ahora lo importante, es que podamos ser capaces de mantener estos niveles y seguir creciendo; de ahí nuestras peticiones al nuevo Gobierno”, remarcaron los responsables de SERNAUTO.
El Director General de SERNAUTO, José Portilla, propuso la creación de un grupo de trabajo con representantes de la Secretaría General de Industria y de la PYME para abordar los retos y hacer seguimiento de la puesta en marcha de las medidas planteadas en la Agenda Estratégica ‘Componentes 2020’ y otras específicas de la Agenda Sectorial de la Industria de Automoción, elaborada por ANFAC, SERNAUTO y KPMG.
Tanto el Secretario General como el Director General se mostraron partidarios de impulsar la competitividad de esta industria tan importante para el país y, en este sentido, transmitieron su voluntad de crear un equipo de trabajo de la Secretaría General para avanzar, junto con SERNAUTO, en los principales retos del sector.
En relación con la tecnología diésel, desde la Asociación se remarcó la necesidad de prudencia y moderación en los mensajes emitidos al respecto, teniendo en cuenta el impacto directo que tiene en los usuarios y en la producción de vehículos en España. La industria de automoción ha contribuido significativamente a la reducción de emisiones de los vehículos diésel, los cuales han alcanzado unos niveles de emisiones de NOx y partículas equiparables a los de gasolina. Además, los motores diésel son en la actualidad más eficientes y emiten un 15-20% menos de CO2 que los gasolina. De ahí que sean una tecnología esencial para cumplir con los objetivos de reducción de emisiones de CO2. A juicio de SERNAUTO, la clave está en fomentar el rejuvenecimiento del parque, el mantenimiento responsable de los vehículos y el apoyo de la Administración para conseguir estos objetivos.
Las principales peticiones del sector al Ministerio de Industria
Entre las medidas solicitadas, se encuentra la equiparación de la deducción fiscal de la innovación en producto y de la innovación en proceso en el ámbito de la I+D (de manera que ambas sean del 25%); la amortización acelerada de activos y la puesta en marcha de una Iniciativa de Colaboración Público-Privada del Sector de Automoción Español, como estrategia multi-agente que dinamice e impulse la I+D.
Asimismo, para potenciar la internacionalización de las empresas del sector, especialmente de las pymes, se trasladó la importancia de incrementar las ayudas contempladas dentro del Plan Sectorial del ICEX que gestiona SERNAUTO.
En el encuentro, se comentaron los principales aspectos que contempla la nueva legislación europea de emisiones de CO2, resaltando la importancia de tener en cuenta todas las tecnologías disponibles en este momento (eléctricos e híbridos, GLP/GNC/GNL, diésel y gasolina) para poder alcanzar los objetivos de emisiones marcados.
“Los proveedores hemos contribuido significativamente a la reducción de emisiones de los vehículos. Desde SERNAUTO defendemos la necesidad de una regulación inteligente que responda tanto a objetivos ambientales como a su viabilidad técnica y económica”, destacó Mª Luisa Soria, Directora de Relaciones Institucionales e Innovación de SERNAUTO. Sobre este punto, la asociación recuerda que la consecución de los objetivos de reducción de emisiones de CO2 conlleva una transición tecnológica e industrial que ha de basarse en las fortalezas del sector europeo, con una perspectiva holística de tecnologías para mejorar su eficiencia en su conjunto.