El principal impulsor de este crecimiento son los coches más viejos: los de edades de entre 11 y 15 años crecieron un 8,6%, mientras que los de más 15 llegaron hasta el 13,3% de incremento. La mejora está motivada por el aumento de kilómetros recorridos por estos vehículos que, aunque son los que menos kilometraje realizan del parque automovilístico, pasan ya menos tiempo parados. “Este cambio se debe a la mejora de la actividad económica y los datos de empleo, que a fin del segundo trimestre bajó de los 4 millones de parados por vez primera desde 2008 (datos EPA), lo que está provocando que personas que estaban sin trabajo y movían mucho menos su coche, al tener ahora una nómina a fin de mes conduzcan más, y más kilómetros equivale a mayores posibilidades de tener un siniestro, más necesidades de mantenimiento, etc”, comentan desde la compañía.
Por su parte, los vehículos de 6 a 10 años, los llamados “adultos”, registraron una caída de las reparaciones de cerca del 13% en los seis primeros meses de 2017. Para Solera, esto se explica por su pérdida paulatina de protagonismo en el parque, ya que actualmente son uno de cada cuatro coches en circulación —el 23% en concreto—, pero está previsto que para 2021 se reduzcan hasta ser apenas un 15%.
Finalmente, los coches más nuevos, los de hasta cinco años, crecieron en reparaciones un 0,9% en el primer semestre. Para la compañía, en estos vehículos no influye la caída del desempleo, ya que coche nuevo se asocia a persona con trabajo, y por tanto no actúa como acicate para generar más negocio al taller.
Según el responsable de Mercado de Posventa de Solera España, José Luis Gata, “si bien esperamos un año plano para los talleres en cuanto a reparaciones, si las mejoras económicas se asientan en los hogares y en las rentas medias y bajas, nos podemos encontrar con que el coche tradicionalmente menos rentable, el de más de diez años, sea por sorpresa el gran animador de la actividad del taller y crezcamos por encima de lo esperado inicialmente”.