La rentabilidad de los concesionarios experimentó una ligera mejora y sube hasta el 1,9% en 2017, frente al 1,88% de 2016, según refleja el Informe Rentabilidad de las Redes de Distribución elaborado por Snap On Business Solutions para GANVAM.
GANVAM atribuye esta mejora de los resultados, especialmente, al buen comportamiento del área de ventas. De hecho, las matriculaciones tras más de una década de déficit alcanzaron su situación natural superando las 1,2 millones de unidades, lo que supuso un incremento de 7,7%.
Concretamente, en un análisis por áreas de actividad, las ventas de vehículos aportaron ya el 60% de la rentabilidad al concesionario, lo que supone cuatro puntos porcentuales más que un año antes y el mejor resultado desde 2008, convirtiéndose en motor económico de las redes de distribución.
En este sentido, las ventas de nuevos fueron el verdadero artífice de los buenos rendimientos de los concesionarios, ya que aunque las operaciones con usados crecieron en 2017 un 10%, la contribución del vehículo de ocasión se redujo con respecto al año anterior, dejando un 8,4% de margen bruto en cada operación frente al 9% que les dejó el nuevo.
Aunque los gastos de la división de VO se mantuvieron estables, la razón de esta caída del margen en el área de ventas de segunda mano hay que buscarla, sobre todo, en la elevada antigüedad de los usados vendidos en 2017. Y es que seis de cada diez tenía más de diez años, lo que ha reducido su resultado.
Esta realidad pone sobre la mesa la necesidad urgente de impulsar planes de renovación que retiren de la circulación los vehículos más antiguos, ya que no sólo pasan factura a las cuentas de resultados de los concesionarios sino que hacen un flaco favor al envejecimiento del parque, con los riesgos que conlleva para la seguridad vial.
Se reduce la aportación del taller a la rentabilidad
De esta forma, como cuanto más viejo es el coche menos pasa por el taller y sus reparaciones son de menor cuantía, la actividad de la posventa en términos generales se resiente. De hecho, su aportación al resultado de los concesionarios se redujo cuatro puntos porcentuales, hasta situarse en el 40%.
Ante esta realidad, los talleres se vieron en la necesidad de incrementar los gastos para poner en marcha campañas de captación caracterizadas por políticas de precios cada vez más agresivas, con el objetivo de concienciar y animar a los conductores a respetar todos los mantenimientos; una estrategia que inevitablemente reduce los márgenes.
En este sentido, la posventa sólo aportó el 16% de los ingresos del concesionario, un punto menos que un año antes, sobre todo por la caída del área de recambios, que pierde representación ante nuevas fórmulas de negocio, que se han hecho un hueco en el mercado al margen del control de la Administración como es el caso de los boxes que fomentan el Do it Yourself.
En opinión del presidente de GANVAM, Lorenzo Vidal de la Peña, “el sector posventa tiene que lidiar con la competencia desleal de nuevos modelos de negocio que viven en un limbo legal en cuanto a obligaciones de consumo, prevención de riesgos o medio ambiente. Por eso, hace falta una actuación enérgica de las diferentes administraciones que persiga al ilegal y defienda al que cumple con la ley”.