La Confederación Española de Talleres de Reparación (CETRAA) ha pedido que las administraciones actualicen el distintivo ambiental de los vehículos transformados y adaptados con retrofit. La patronal subraya que actualmente se dan situaciones tales como que un vehículo Euro 2 o Euro 3 que haya sido transformado a GLP (Gas Licuado del Petróleo) y adaptado con retrofit (instalación de filtros más un informe que acredita la disminución de emisiones) no puede pasar a la etiqueta B o C, a pesar de que le podría corresponder en función de su nivel de emisiones. Esta medida, entre otras, ya fue demandada por el Gremi de Talleres (CETRAA Barcelona), en sus alegaciones contra la Zona de Bajas Emisiones de Barcelona.
CETRAA considera imprescindible dar cobertura legal y seguridad jurídica a las transformaciones y adaptaciones de los vehículos afectados por las restricciones a la circulación por emisiones. Esto supondría un gran incentivo para la mejora de emisiones en los vehículos, y además permitiría que se desarrollase con normalidad la oferta comercial por parte de las empresas suministradoras de estos equipos y la correspondiente elección de los consumidores y usuarios. Esta solución técnica ya existe tanto para vehículos pesados como ligeros y se reconoce por parte de ayuntamientos y ministerios en otros países europeos, que en muchos casos ofrecen subvenciones para aplicarla.
Desde CETRAA lamentan la orientación de las decisiones tomadas por los ayuntamientos y señalan que resulta contraproducente haber comenzado a implantar las prohibiciones a la circulación, como en Barcelona y en Madrid, antes de haber evaluado las diferentes opciones que estas tecnologías plantean.
Mesa de trabajo interministerial
Representantes de la DGT han trasladado a la Patronal la existencia de una mesa de trabajo junto con los ministerios de Industria y Medioambiente, cuyo objetivo precisamente es estudiar las distintas opciones de retrofit existentes en el mercado. CETRAA solicita que el sector forme parte de esa mesa de trabajo, ya que son los propios talleres de mantenimiento y reparación quienes instalarán estos sistemas anticontaminantes, y serán parte esencial a la hora de estudiar su eficiencia así como su rentabilidad para el particular.
Fomentar la transparencia, según la Confederación, debería ser otro de los objetivos en este proyecto, por lo que sugiere que el ministerio de Industria publique una lista de los sistemas compatibles para instalar en vehículos con o sin distintivos, así como los laboratorios autorizados para emitir los informes de reducción de emisiones, tal y como ya se hace, por ejemplo, en Alemania. El objetivo sería ofrecer información fiable a los usuarios para que puedan decidir cuál es la mejor opción en función de sus necesidades.
“En un entorno de economía circular, la Administración debe ser la primera en apostar por alargar la vida útil del vehículo. Un modelo de ‘usar y tirar” no es la mejor solución de movilidad si lo que se persigue es la sostenibilidad medioambiental y socioeconómica”, ha declarado Xavier Freixes, responsable de la Comisión de Medioambiente de CETRAA.
Pruebas dinámicas en las zonas de bajas emisiones
Otra problemática sin resolver por parte de los ayuntamientos de Madrid y Barcelona es la excepción o autorización que necesitan los talleres para poder circular con los vehículos de sus clientes y someterlos a la llamada “prueba dinámica” con el objetivo de diagnosticar averías y/o comprobar las reparaciones. Esta prueba, que es imprescindible para cumplir con la garantía legal que el taller debe dar al cliente sobre las operaciones realizadas, no puede depender de consumir las autorizaciones otorgadas al cliente, evitando así el exceso de burocracia que este sistema implica.
Desde CONEPA (Federación Española de Empresarios Profesionales de Automoción) han manifestado su apoyo a estas demandas y han declarado su intención de trabajar conjuntamente con CETRAA por la resolución de las mismas.